Durante la década de los 80 y comienzo de los noventa, un enorme porcentaje de la producción mundial de cocaína estaba en manos de dos sindicatos criminales colombianos: el cártel de Medellín, que presidía el despiadado Pablo Escobar, y el cártel de Cali, una sofisticada organización delictiva criminal dirigida por los implacables hermanos Rodríguez Orejuela. Los dos grupos se enfrentaron en una sangrienta guerra hasta que Escobar fue asesinado en diciembre de 1993. Cuando el camino quedó libre para los de Cali, Jorge Salcedo, un ex comandante del ejército, recibió la misión de proteger a los capos. Salcedo aceptó pero hizo un pacto consigo mismo: nunca mataría a nadie. Aunque cada día se involucraba más, Salcedo luchó por preservar su integridad e intentó no ceder ante la corrupción, la violencia y la brutalidad que lo rodeaba. Sin embargo, la noche en la que colocaron una pistola en su mano con una orden de ejecución llegó a un momento crucial. Se trataba de una orden directa del padrino que lo ponía en una situación imposible-matar o morir. Pero existía una tercera opción, la más arriesgada y difícil: provocar la caída del cártel. William C. Rempel es el único periodista con acceso a esta historia y al propio Jorge--que incluso hoy vive escondido en algún lugar de los Estados Unidos--y nos narra con todo detalle esta extraordinaria historia, la historia de un hombre corriente enfrentado a la organización criminal más poderosa de todos los tiempos.